Banderas

A menudo me pregunto qué bandera llevaría en mi corazón si me viera obligado a huir de mi país para salvar mi vida. ¿Me representaría la bandera que me persigue? Necesitaría una nueva con la que pudiera identificarme. Una bandera en la que buscar consuelo y que mostrara a los demás como me siento. Con esta reflexión empecé a trabajar en esta obra. He tomado el objeto “bandera” no como representación simbólica de los valores de una nación, sino como imagen íntima de sentimientos e ideas. Proclamas que muestran estados de ánimo ante determinadas circunstancias propias o impuestas. Por ello hay banderas para comenzar un exilio, para ese momento de calma entre tanto horror, banderas para atravesar penas profundas o para una transición entre dos estados. También me interesaba trabajar sobre las banderas del otro, del que no nos quiere, y que se muestran ante nosotros como una declaración de intenciones. Banderas que se defienden, que colaboran entre sí para para formar muros y nos condenan a seguir vagando.

Creo que todos tenemos una bandera individual que nos representa, solo tenemos que encontrar un lugar y hacerlo nuestro.